Ni la autonombrada ni sus ministros golpistas saben por qué están allí, ni por qué manifiestan la insensatez misma de una promovida fisonomía del no-derecho.
Son sólo piezas dispensables de un ajedrez geopolítico que están desplegando los elementos más siniestros del Estado profundo (por eso vuelve la USAID y la CIA y todo el aparato de inteligencia gringo y hasta sionista).
La cooptación de casi todo el espectro opositor boliviano, subyugando
hasta sus rivalidades y discrepancias, manifiesta ya no sólo una
logística bastante eficaz (incapaz en la derecha boliviana) sino un
despliegue estratégico que toma a Bolivia como foco de irradiación de
algo mayor.
Por Rafael Bautista Segales. #BoliviaNoSeCalla
Por Rafael Bautista Segales. #BoliviaNoSeCalla