(Colectivo Radial Pueblos Sin Fronteras).- Los 69 detenidos están acusados de “perturbación contra la paz pública”,
un delito “equiparable con actos terroristas”, es decir, uno de los más
graves que contempla el Código Penal y que es sancionado hasta con 30
años de cárcel y sin derecho a fianza.
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“Los policías agarraron parejo”, relatan víctimas de disturbios
MÉXICO, D.F. (apro).- A menos de 48 horas de los disturbios
registrados el pasado 1 de diciembre en diversas calles del Centro
Histórico, comienzan a conocerse testimonios de detenidos, la mayoría de
los cuales van en el sentido de que fueron aprehendidos de manera
arbitraria y que, sin deberla ni temerla, ahora los acusan de delitos
equiparables a terrorismo.
Luego de que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
(PGJDF) consignó a 69 detenidos al Reclusorio Norte y al Centro Femenil
de Santa Martha, decenas de padres de familia se apostaron afuera de la
Agencia del Ministerio Público No. 50, pero grande fue su sorpresa al
enterarse de que sus hijos ya no estaban ahí.
“Me dijeron que yo iba a poder ver a mi hijo en cuanto declarara y ya
se lo llevaron”, dice Alejandra, madre de Alejandro Lugo Morán.
“Mentirosos”, gritaba a los empleados del lugar, quienes, molestos
con el calificativo, enviaron a los policías antimotines a detenerla.
El resto de los padres de familia ahí presentes pidieron que dejaran
en libertad a la mujer, mientras los abogados del MP le exigían una
disculpa.
“Golpean a mi hijo, lo detienen injustamente, nunca pude verlo porque
no había declarado, ¿y aun así piden que me disculpe? No me quedó de
otra”, platica entre lágrimas a la reportera.
Leonardo Arteaga Ramírez, otra de las personas que esperaban afuera
de la agencia del MP, narra que a su hermano Gustavo, de 33 años, lo
detuvieron en Bellas Artes. Se encontraban ahí, dice, en visita de
turistas, porque ellos son de Monterrey, Nuevo León.
“De repente ya no vi a mi hermano, hasta que me avisó que lo tenían
detenido en un camión de la policía. Me dijo que de repente lo habían
cercado, junto con maestros de la UNAM y madres de familia. Agarraron
parejo. A él lo detuvieron por traer la camiseta con la leyenda ‘Peña no
es mi presidente’, por eso lo agarraron, (pero) no tenemos nada que ver
con los movimientos”, subraya.
Según Leonardo, su hermano le contó que les dijeron que los iban a
desnudar para revisarlos y que iba a estar preso al menos dos días.
Jaqueline Ramírez, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacalco de
la UNAM, recibió dos golpes en la espinilla y camina con dificultad.
Ella cuenta que iban al evento convocado por Andrés Manuel López
Obrador en el Ángel de la Independencia, “pero nos perdimos, y cuando
estábamos cerca, la gente que asistió al mitin ya regresaba. En eso
vimos que encapuchados empezaron a llegar y rompieron los vidrios de los
bancos. Había elementos de tránsito que traen chaleco amarillo y
corrieron, al rato llegaron los de Seguridad Pública y detuvieron a un
muchacho que no tenía nada que ver con la revuelta. Una señora lo
defendió y los policías la agredieron con las macanas y la tiraron al
piso”.
Prosigue:
“Al ver esto, mi novio les dijo a los policías que la dejaran. En
respuesta, lo agarraron y lo subieron detenido a una camioneta. A los
que ocasionaron los disturbios los dejaron”.
Con lágrimas en los ojos, agrega:
“No les interesó si traías o no arma, si venías o no con capucha, así
te agarraban y te llevaban, incluso a mí me golpearon porque yo no
quería soltar a mi novio”.
Leticia Duarte denuncia la detención injusta de su hermano, Roberto
Fabián Duarte García, de 38 años, quien “andaba en la Alameda y pasaba
por ahí en el momento de los hechos”.
Según Leticia, su hermano Roberto “es un nini de 38 años que
estaba buscando un oficio; es una persona depresiva que no toma
decisiones propias para andar en esos disturbios”.
Indignada, relata la detención de su hermano: “Iba a cruzar la
Alameda porque había visto en el periódico un empleo en un lugar
cercano, y pues se dirigía hacia allá, entonces, cuando empezaron los
disturbios en la calle Juárez, él corrió y tropezó. Al caer, los
granaderos lo recogieron, le quitaron los zapatos y se lo llevaron”.
Lourdes Nieto, madre de Mariana Muñiz, cuenta que su hija fue a la
protesta con su novio Sergio. “La detuvieron en Filomeno Mata. A
mediodía le llamé porque vi lo que pasaba en las noticias. Me dijo que
estaba cercada por granaderos, pero que estaban tranquilos. A la
siguiente llamada me dijo que la Policía la había subido un camión”.
Añade:
“Esto es una injusticia. Ellos no hicieron nada. Si usaran toda esa fuerza contra los delincuentes, otra cosa sería”.
Martha Colmenares, madre de Carolina Gallegos, dice que sólo pudo ver
a su hija “tres minutos a través de una mica y como 12 horas después de
que me la detuvieron. Ella estudia Literatura y Arte Dramático. Estaba
haciendo un performance en Filomeno Mata y 5 de Mayo, pero en el
expediente dice que la detuvieron en la avenida Juárez. Ella no estaba
ahí. Me habló asustada. No entiendo por qué la detuvieron. Era un grupo
pacífico. Esto es lamentable”.
Mariana Muñiz Nieto, quien cursa el primer semestre de la
licenciatura de Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de
Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
también fue detenida en la calle Filomeno Mata y esquina 5 de Mayo, en
el Centro Histórico de esta ciudad.
En una carta dirigida a Manuel Mondragón y Kalb, subsecretario de
Planeación y Protección Institucional y encargado de Despacho de la
Secretaría de Seguridad Pública, familiares y amigos de Mariana
puntualizan:
“A las 12:20 del mediodía ya había sido rodeada por granaderos para
su detención. Posteriormente es trasladada al Ministerio Público No.50
en donde llega a las 2:30 p.m. aproximadamente, y es registrada hasta
las 9:00 de la noche.
“Sin embargo, como lo señala el abogado de Derechos Humanos, Jesús
Robles Maloof, quien lleva el caso de la acusada, existen incongruencias
en las declaraciones realizadas por los integrantes de Seguridad
Pública que ejecutaron su detención, quienes afirman que Muñiz Nieto fue
detenida a las 12:45 del día en la calle Balderas y a la 1:30 de la
tarde aproximadamente, de ese mismo día, se encontraba haciendo
disturbios sobre Eje 1 Norte. Dichas versiones resultan evidentemente
inconsistentes, puesto que Mariana Muñiz Nieto no fue liberada en ningún
momento durante su detención, situación que hace imposible el que ella
pudiera encontrarse detenida y simultáneamente realizando ataques a la
paz pública (cargo que se le imputa), mismos que en ningún momento
realizó.
“Pedimos la pronta liberación de Mariana Muñiz Nieto, quien ha sido
apresada injustamente por manifestarse de manera pacífica, y actualmente
se encuentra recluida en el penal de Santa Martha Acatitla de la Ciudad
de México”, se lee en la carta.
Este mediodía, los familiares presentaron un comunicado dirigido al
“pueblo mexicano”, en el que informaron que los detenidos están acusados
de “perturbación contra la paz pública”, un delito “equiparable con
actos terroristas”, es decir, uno de los más graves que contempla el
Código Penal y que es sancionado hasta con 30 años de cárcel y sin
derecho a fianza.
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