La derecha genocida....
En este momento, Bolsonaro es detenido o continúa con la escalada autoritaria y fascista que traerá terribles consecuencias para el pueblo brasileño.
Bolsonaro nuevamente no cumplió con el Reglamento Sanitario Internacional y los protocolos científicos adoptados por el Ministerio de Salud en la estrategia para combatir la pandemia de coronavirus.
Estimuló la aglomeración de trabajadores, comerciantes, gente popular y la población de Taguatinga / DF; exponiéndolos así al riesgo de contaminación por COVID-19.
Como a nadie se le da derecho a ignorar la Ley, y menos a un Presidente de la República, Bolsonaro actuó intencionalmente y conscientemente asumió que, con su acto criminal, estaba en peligro de causar daño a terceros.
Asumió el riesgo deliberado de promover la propagación del coronavirus y de contaminar a las personas, sobre todo porque él mismo puede estar infectado, aunque oculta los informes de las pruebas realizadas en el Hospital de las Fuerzas Armadas [aquí].
Bolsonaro se comportó, en resumen, no como el Presidente de la República, sino como una bomba de coronavirus. Con esta acción genocida e irresponsable, Bolsonaro incurrió en los delitos previstos en los artículos 267 y 268 del Código Penal brasileño:
"Art. 267 - Causa una epidemia al propagar gérmenes patógenos.
Art. 268 - Infringir la determinación de las autoridades públicas, dirigida a prevenir la introducción o propagación de una enfermedad contagiosa ”.
Bolsonaro tampoco cumplió con las medidas estipuladas en la Ley N ° 13.979, de 6 de febrero de 2020, aprobada por una iniciativa del gobierno que preside, y que establece medidas para enfrentar la emergencia de salud pública de importancia internacional derivada del coronavirus. :
"Art. 3º Para enfrentar la emergencia de salud pública de importancia internacional debido al coronavirus, se pueden adoptar las siguientes medidas, entre otras:
I - aislamiento;
II - cuarentena;
[...] "
En una conferencia de prensa después de la infame excursión en las cercanías de Brasilia, Bolsonaro declaró: "Estoy dispuesto a emitir un decreto mañana y liberar a todos para que vuelvan a trabajar".
Bolsonaro actúa como un genocidio, y sus actos delictivos aumentan el riesgo de exterminio de millones, y no solo de miles de brasileños.
Los partidos que resisten la escalada fascista en Brasil y el exterminio programado, que incluye a los partidos de derecha que aún tienen un respeto elemental por la vida humana, tienen la responsabilidad de unirse urgentemente al STF con una denuncia penal contra Bolsonaro, como se estipula en el artículo 86 de la Constitución.
La Cámara de Diputados, si no autoriza a Bolsonaro a ser juzgado por el STF, será cómplice de un gobierno genocida que adopte un "modelo ario" de sociedad.
Bastantes de los ataques contra la vida de los brasileños, especialmente los compatriotas pobres, los negros y las mujeres que viven en las periferias del país y que serán los primeros en verse afectados por las políticas genocidas de este gobierno nazi-fascista.
Es hora de que la Corte Suprema juzgue, condene y arreste a Bolsonaro. Para que esto suceda, es necesario que la denuncia penal contra el genocidio en el STF sea autorizada por la Cámara de Diputados con una mayoría de 2/3 de los votos.
La oligarquía lenta que puso a Bolsonaro en el poder ahora tiene la obligación de sacarlo de la meseta y llevarlo a prisión [aquí].
Esta élite dominante tiene el poder económico, mediático, militar, judicial, policial, económico, financiero, político y parlamentario para decidir entre la continuación de esta barbarie o su interrupción.
