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miércoles, 10 de octubre de 2012

PUERTO RICO: POSICIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA ANTE ELECCIONES DE NOVIEMBRE

(Indymedia Puerto Rico).- El PCPR hace un llamado urgente al pueblo de Puerto Rico. Los eventos electorales por celebrarse en noviembre de este año 2012 no tienen como propósito beneficiar al pueblo. La clase dominante, explotadora y opresora, utiliza esos espejismos para confundir al pueblo explotado y oprimido en momentos en que se agudiza la crisis capitalista con el desempleo, la criminalidad rampante, la cada vez más desigual distribución de las riquezas y del ingreso nacional, y la inseguridad alimentaria –en Puerto Rico se están contaminando las tierras agrícolas (mientras se especula con ellas para entregarlas al mejor postor), y colapsa el sistema de salud pública.

El PCPR hace un llamado urgente al pueblo de Puerto Rico. Los eventos electorales por celebrarse en noviembre de este año 2012 no tienen como propósito beneficiar al pueblo. La clase dominante, explotadora y opresora, utiliza esos espejismos para confundir al pueblo explotado y oprimido en momentos en que se agudiza la crisis capitalista con el desempleo, la criminalidad rampante, la cada vez más desigual distribución de las riquezas y del ingreso nacional, y la inseguridad alimentaria –en Puerto Rico se están contaminando las tierras agrícolas (mientras se especula con ellas para entregarlas al mejor postor), y colapsa el sistema de salud pública. Como si fuera poco, los enemigos del pueblo puertorriqueño, Wall Street, es decir, los capitalistas de la oligarquía financiera yanqui e internacional, y la clase parasitaria rica del país, están privatizando todas las estructuras de servicio que tanto esfuerzo, sudor y sacrificio nos han costado a varias generaciones de trabajadoras y trabajadores.

Para cumplir con las exigencias de los privatizadores, los politiqueros de los partidos burgueses han destruido sindicatos, han eliminado derechos adquiridos y han cesanteado miles de trabajadores.



Estas acciones económicas son la consecuencia del sistema capitalista de producción y distribución y de su sistema político que, disfrazado de democracia, actúa cada vez más abiertamente y sin escrúpulos como una tiranía de la clase capitalista. La clase dominante, a través de un partido u otro en la administración de la colonia, oprime al pueblo para poder garantizar su permanencia en el poder. Ante el acorralamiento del pueblo trabajador y desposeído, surgen los enfrentamientos, se agudiza la lucha entre clases en todos los terrenos: el laboral, el comunal y el ambiental. La polarización social, disparada por causa de la crisis capitalista y colonial, potencia el enfrentamiento inevitable entre las y los trabajadores contra los ricos extranjeros y nacionales. Los ricos, que cuentan con politólogos, sociólogos, historiadores, economistas, abogados y psicólogos industriales, es decir, un ejército de cuadros al servicio de la burguesía, se adelantan y hacen cálculos sobre el comportamiento de las masas en esta crisis. Debido a esto, la burguesía colonial y los estrategas de Wall Street mandatan a sus lugartenientes, Luis Fortuño, Alejandro García y otros, a crear escenarios de dominación por medio de procesos electorales, dando una imagen falsa de la democracia. Esto lo hacen para refrenar el impulso de las luchas sociales del pueblo.

La farsa plebiscitaria no abona a la solución del problema colonial. Es sabido por amplios sectores del pueblo que el llamado plebiscito de estatus, por no ser vinculante y estar ajeno al derecho internacional sobre descolonización, no obliga al poder imperial a reconocer y propiciar un proceso legítimo de autodeterminación del pueblo. En todo caso, el inocuo plebiscito no les hace mella al poder de los monopolios ni del capital financiero yanqui en su colonia, es decir, no perjudica al imperialismo, por lo que no trastoca el sistema colonial, que es consecuencia del imperialismo en nuestro país.

Las opciones que se presentan en las elecciones coloniales no representan los intereses de las y los trabajadores. En el caso de los dos partidos mayoritarios, los únicos intereses representados son los de la burguesía colonial y la oligarquía financiera yanqui. Por otro lado, los partidos políticos emergentes o minoritarios de la pequeña burguesía, que pretenden aprovecharse de la farsa electoral, tampoco representan los intereses de las y los trabajadores y masas desposeídas. Esos sectores oportunistas pretenden pescar votos de las y los inconformes con la bancarrota moral del sistema político vigente sin construir una base social que apoye esos movimientos políticos. La carencia de una base social hace que esos partidos no tengan la fuerza política para utilizar el sistema burgués de modo que puedan impulsar cambios radicales y medidas que beneficien a las masas desposeídas.

El análisis de nuestra realidad social nos conduce a rechazar, en esta etapa histórica del desarrollo de la lucha de clases, que se pueda reformar o mejorar el sistema colonial burgués por medio de la participación electoral. Tanto en las elecciones generales como en el plebiscito, es la clase explotadora la única beneficiada. Las masas trabajadoras, explotadas y oprimidas, nada tienen que ganar en esos circos electoreros. Por ello, la abstención electoral activa es, para noviembre de este año, la única opción consecuente para las y los explotados y desposeídos.

El que el Partido Comunista de Puerto Rico llame en esta ocasión a la abstención electoral activa no obedece a que las y los comunistas entendamos la participación electoral como una cuestión de principios. Reiteramos que para las y los comunistas, marxistas-leninistas, la participación en las elecciones siempre es un asunto de táctica que se aplica según las circunstancias, como otros métodos de lucha, en la medida que contribuya a la concientización de las masas explotadas y oprimidas y a la lucha revolucionaria por el poder político y económico de la clase obrera y sus aliados.

Al margen de eventos electoreros amañados, para hacerles frente a los ricos, el PCPR propone que nos organizamos en consejos de lucha utilizando la estructura del Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL), convirtiéndolo en un verdadero frente de masas. Rechazamos totalmente, bajo nuestra realidad histórica de opresión, participar en las elecciones generales y en el plebiscito. ¡Despertad, pueblo de Puerto Rico! El modo de garantizarnos una seguridad alimentaria y energética, una educación verdaderamente liberadora, un sistema de salud preventivo y de calidad, una sociedad con relaciones sociales de vida plena y equidad es, sin duda, la socialización de todos los medios de producción –que implicaría la reversión de todos los procesos de privatización de estos– condición indispensable para construir una patria libre: la Patria de las y los Trabajadores Puertorriqueños. Esto no lo vamos a conseguir por medio de las elecciones que preparan y controlan los privatizadores, es decir, los ricos y explotadores que oprimen a la clase obrera.