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viernes, 23 de julio de 2021

PARAGUAY: 30 AÑOS DE LUCHA DE LA FEDERACIÓN NACIONAL CAMPESINA

(Federación Nacional Campesina).- El 5 y 6 de julio pasado conmemoramos 30 años de lucha y conquista de la #FederacionNacionalCampesina, con asambleas y ollas populares en varios asentamientos y comunidades, y una rueda de prensa en Asunción. Compartimos algunas imágenes de ese día.
La Federación Nacional Campesina (FNC) surge en 1991, con base en la experiencia de la Coordinadora Nacional de Productores Agrícolas (CONAPA) y mediante la participación de varias organizaciones campesinas regionales que coincidían en la constitución de una organización gremial clasista y combativa de carácter nacional.
La lucha por la tierra es el eje central de lucha de la FNC, promoviendo la lucha directa del campesinado contra el latifundio y por la reforma agraria, que posibilite el desarrollo del país. La reforma agraria es requisito inexcusable para acabar con la estructura dependiente, latifundista, atrasada y expoliadora, que dificulta el desarrollo de la producción agrícola e industrial en función de los intereses del conjunto del pueblo paraguayo.
El segundo eje de lucha de la FNC, directamente relacionado con la lucha por el acceso a la tierra, es la lucha por la producción nacional y más específicamente la lucha por la producción campesina e indígena, que lleve al arraigo y al bienestar de la población. La política de auto sostenimiento y defensa de las comunidades y asentamientos se expresa en la consigna “ocupar, producir, resistir” que presenta un derrotero insoslayable, a la que vez que establece un orden de prioridades.
La coherencia con los principios y las líneas trazadas en el Congreso fundacional de la FNC fueron los principales debates en los primeros años, por el hecho de funcionar como una federación de organizaciones diversas, que en principio no nacieron con un proyecto único, colectivo, clasista y que operaban en forma autónoma, dificultando la cohesión y la lucha centralizada a nivel nacional. Estos problemas fueron superados con la creación de una estructura organizativa única y centralizada, la lucha por un proyecto de desarrollo nacional y la defensa de los intereses nacionales. Esta lucha es por la Reforma Agraria, donde la lucha por la tierra y la producción resumen en gran parte la historia de la FNC en estos 30 años de existencia junto al pueblo.
En ese sentido se pueden mencionar algunos de los siguientes logros:
● Participación en la Constituyente de 1992, donde buscamos instalar en el debate popular un modelo de Estado diferente a favor del pueblo.
● La elaboración de un Programa de Reactivación Productiva Nacional, resultado de un amplio debate con diferentes sectores de la sociedad. Propuesta de carácter nacional basada en dos ejes estratégicos: la reactivación de la producción agrícola y el desarrollo industrial, priorizando la transformación de los productos agrícolas, con una Banca Pública orientada hacia estos intereses nacionales.
● La conquista de la condonación de las deudas de pequeños productores.
● La defensa de las libertades públicas y la derrota del fascismo como expresión del Estado, durante el Marzo Paraguayo y en varios otros intentos.
● La defensa de la Banca Pública y la propuesta de cambio del carácter del crédito estatal orientado a impulsar el desarrollo nacional, con cuya lucha se evitó la eliminación de la banca pública.
● La lucha contra la privatización de las empresas públicas y otros bienes públicos, que evitó que varios servicios públicos pasaran a manos privadas.
● La propuesta de la recuperación de la producción e industrialización de algodón.
● Las propuestas de Fondo de Garantía del Crédito y el Fondo de Contingencia Agroclimática, relacionadas con el permanente problema de endeudamiento, el seguro agrícola y el cambio climático.
● El Programa Nacional de la Producción y Comercialización Hortícola.
● El Programa de Reforma Agraria.
● La lucha de resistencia contra el modelo de producción empresarial, agro-exportador de materia prima, que no genera fuentes de trabajo y por el contrario expulsa mano de obra del campo, causando envenenamiento y destrucción del ambiente.
● La participación política de las mujeres.
● Las conquistas y desarrollo en marcha en muchos asentamientos y comunidades campesinas.
El 15 de marzo de 1994, un periódico titulaba: Los campesinos también existen y agregaba en un subtítulo: Con la gran marcha, el país no terminó hoy en Calle Última. Desde entonces retumba la voz del campesinado mediante las grandes marchas campesinas que todos los años plantean las reivindicaciones sentidas e históricamente olvidadas del sector campesino y popular; como este año, que, a pesar de la pandemia, se ha realizado con éxito la Marcha Campesina número 27 “Por Tierra, Salud, Trabajo y Soberanía”. Como todos los años (y como escribiera un conocido periodista local), vienen otra vez…, marchando desde muy lejos, con sus reclamos que se reiteran en cada marzo húmedo y otoñal, desde sus verdes valles desolados, pueblos y comunidades rurales que siguen abandonados en medio de la soledad y el olvido, a merced de las mismas miserias e injusticias seculares, gritando reforma agraria.
La lucha de la FNC ha conquistado más de 300 mil hectáreas de tierra, convertida en asentamientos y comunidades, donde se producen alimentos para el país y donde muchas campesinas y campesinos buscan su bienestar, afirmando con ejemplos que el desarrollo nacional, la recuperación de nuestra soberanía y la felicidad de nuestro pueblo está en la Reforma Agraria.
La lucha por la tierra, contra el latifundio y el acaparamiento de la tierra por un puñado de oligarcas, extranjeros y empresas transnacionales, es el centro del conflicto social cada vez más creciente en el país, donde la presencia política de la FNC es notablemente importante. Al respecto podemos resaltar tres acontecimientos más recientes que muestran la lucha de la FNC.
PRIMERO. Cuando la oligarquía más reaccionaria, representada por la Unión de Gremios de la Producción (UGP), se reunió con las autoridades de los tres poderes del Estado, anunciando que alrededor de 800 asentamientos campesinos son irregulares y que en consecuencia deberían ser desalojados, para lo cual eliminaron el protocolo de procedimiento para los desalojos, volviéndose estos cada vez más violentos. En ese entonces fue nombrado un nuevo Ministro del Interior, que, entre sus primeras declaraciones afirmó que “se terminaban los cierres de ruta”. Este intento de desalojos masivos y de represión de las movilizaciones se pudo parar con la confrontación política y con cortes de ruta.
SEGUNDO. La iniciativa por parte de la oligarquía de crear una nueva Institución llamada Sistema Nacional de Catastro Registral (SINACARE) con una dirección de regularización de tierra, que intentaba sustituir al INDERT, con el objetivo de blanquear las tierras malhabidas. Las acciones lideradas por la FNC y las reacciones generadas en diferentes sectores de la sociedad lograron que se rechace el proyecto “sin plazos ni fecha definida”.
TERCERO. El intento de Modificación del Estatuto Agrario, planteado y aprobado silenciosamente en la Cámara de Diputados, cuyo objetivo central es blanquear “por única vez” las posesiones irregulares de tierra de ganaderos y sojeros. La FNC fue la primera organización campesina en alertar sobre el tema, posicionarse y mantenerse por el rechazo de este proyecto. Gracias a la claridad de la posición de rechazo y las medidas de acción y movilización se logró el rechazo total con 40 votos en el Senado, exigiendo actualmente a los diputados y diputadas que rectifiquen su posición y que sea rechazado definitivamente este proyecto de blanqueo de las tierras malhabidas, uno de los hechos de corrupción de la oligarquía más grandes de la historia del Paraguay.
Sostener en el tiempo la lucha por la tierra y la producción y en general la lucha por la reforma agraria no es poca cosa, en un país con una de las oligarquías más retrogradas, oportunistas y represivas de América Latina. El sostenimiento de la Marcha Campesina como expresión política del campesinado y el mantenimiento de una organización coherente con la clase y con el pueblo durante estas tres décadas es un orgullo para todas y todos los integrantes de la FNC y un homenaje a las y los mártires de la lucha de nuestro pueblo.
Finalmente, un aspecto relevante es la presencia, desde hace unos años, de una mujer al frente de la organización, lo que significa un gran paso en la participación política de las mujeres campesinas y una lucha por la superación de la mentalidad machista y patriarcal que perdura en nuestra sociedad.
¡La lucha continua… Venceremos!

Comité Ejecutivo Nacional