Pero hay más en el curriculum del candidato. Si hay algo que no ha dejado de ser Boric en estos últimos años es embestir contra la Revolución Bolivariana y la Revolución cubana, incluso hasta esta misma semana, después de las manifestaciones opositoras en Cuba. Decimos esto porque, más allá de que en estas elecciones primarias votó muy poca gente, lo que está demostrando la poca credibilidad que se le otorga a la clase política, los resultados sirvieron para definir quien será ahora el candidato de la «izquierda» y el de la derecha. Boric obtuvo una gran e inesperada ventaja sobre Daniel Jadue, por lo tanto, no es difícil que como señalan algunos analistas chilenos, su victoria se deba más a una estratégica jugada de la derecha que haya podido enviar a sus militantes a votar a Boric en lugar de a Joaquín Lavín. ¿Para qué? Sencillamente para que no pase el comunista Jadue, militante solidario con Cuba y Venezuela, además de la causa palestina que siempre lo ha tenido como uno de sus principales agitadores.
O sea, cuando nos quieran vender desde las plataformas engañosas de la social democracia chilena, que Boric es la IZQUIERDA, no sigamos comprando espejitos de colores. También se dicen de «izquierda» los dirigentes del Partido Socialista chileno que para mayor vergüenza de quienes en su momento se alineaban junto al presidente mártir Salvador Allende, acaban de condenar a Cuba, sumándose al coro de desestabilizadores de la Revolución que se impulsa desde Estados Unidos. Ellos, Boric y algunos otros que usan el rótulo de «izquierda» no son otra cosa que meros colaboracionistas del imperio. Mejor tenerlo en cuenta ahora para no arrepentirnos después.