(RedHArgentina).- En contraste con su potencial económico, Brasil ocupa en el ranking
mundial de la salud el lugar 125. En 2013, ante la precariedad de la
atención en las regiones más pobres, el gobierno de Dilma Rousseff creó
el Programa Más Médicos, basado en un convenio con la Organización Panamericana de la Salud, e impulsado sobre todo con la solidaria respuesta de Cuba.

A través de un anuncio por Twitter, el presidente electo Jair
Bolsonaro decidió terminar con este proyecto que, según un estudio
realizado por el Ministerio de Salud de Brasil y la Universidad Federal
de Minas Gerais, tiene un grado de aceptación entre la población de un
95%. Así, a partir de 2019, cerca de 44 millones de brasileños y
brasileñas de bajos ingresos quedarán sin asistencia médica en más de
dos mil municipios del interior del país. El próximo gobierno de Brasil,
que se autoproclama “sin sesgo ideológico”, perderá a 9 mil médicos
cubanos precisamente por la obcecación ideológica de su desalmado
presidente.
Las misiones médicas de Cuba comenzaron en 1963, en Argelia, y se
extendieron a las regiones más pobres del planeta en los cuatro
continentes. Han sido misiones basadas no en el lucro, sino en la
comprensión y la sensibilidad ante las necesidades de cada pueblo. Hasta
ahora, 164 naciones se han beneficiado con los servicios de más de 400
mil especialistas cubanos de la salud altamente calificados.

¿Qué puede esperarse de un gobernante que se vanagloria del odio, la
misoginia, el racismo, que se vale de “listas negras” para amedrentar a
sus adversarios políticos y adora las armas en un culto a la muerte?
¿Cómo explicar un proyecto humanitario a una persona que desprecia el
sufrimiento y el dolor de los demás de este modo? ¿Cómo hacerles ver un
proyecto social de la envergadura de Más Médicos a quienes sólo priorizan los intereses del capital y las ansias de dominación de los círculos de poder más reaccionarios?
Bolsonaro sabe que dejar a 44 millones de personas sin la asistencia
vital de estos profesionales, significará para muchos una condena a
muerte, pero poco le importa. El fascismo, en su visión siniestra de la
realidad, desprecia a los enfermos, a los necesitados, a los diferentes y
a los desamparados, lo que resulta coherente con su insensibilidad ante
los más vulnerables. Los fascistas como Bolsonaro desconocen la
solidaridad humana y cultivan el terror y el odio; son los monstruos que
no saben de amor.
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa
de la Humanidad condena enérgicamente la actitud del presidente electo
de Brasil y apoya la decisión soberana del gobierno cubano de
salvaguardar la vida y la dignidad de sus especialistas, con la
convicción de que la medicina solidaria, abnegada y altruista que ha
irradiado Cuba con sus profesionales por todo el mundo, es la mejor
forma de ejercer esta profesión, la única posible para la supervivencia
de la especie y el mantenimiento de la paz en el planeta.
Exigimos al gobierno de Brasil un tratamiento respetuoso y digno a
los médicos cubanos y la garantía del derecho a la salud de los
ciudadanos y ciudadanas de aquel país, 44 millones de los cuales se
verán privados de atención médica y, con toda seguridad, de cualquier
otra que remedie las consecuencias de sus ya muy difíciles condiciones
de vida.
Convocamos a las fuerzas progresistas del mundo y a todas las
personas de buena voluntad a que condenen la actitud asumida por el
futuro presidente de Brasil contra los médicos cubanos y hagan saber la
verdad y los resultados de tales acciones.
Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad
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