(Alba TV).- Hace 47 años nacía la Organización de Solidaridad de los Pueblos de
África, Asia y América Latina (OSPAAAL). En el marco de las luchas por
la liberación nacional en todo el mundo y con el ejemplo de Cuba
resistiendo las hostilidades del imperialismo, a escasas 90 millas de
los EE.UU, la OSPAAAL nace el 16 de enero de 1966, por acuerdo de la
Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana.
En conversación con ALBA TV, Lourdes Cervantes Vázquez, jefa del
Departamento Político de la organización, expresó que “el objetivo
principal con el que nace nuestra organización es el de unir, acercar y
enlazar a los movimientos de liberación de aquella época, en su lucha
por alcanzar la independencia y la soberanía nacional. Estamos hablando
de una época en que la comunidad independiente de naciones no era ni la
mitad de lo que es hoy la comunidad internacional".
“En la medida en que han ido pasando los años, nuestra organización
de
manera creativa ha ido colocando es sus prioridades de trabajo aquellas
que resultan las prioridades de las luchas de los países del Tercer
mundo. Y aunque la batalla contra la descolonización sigue siendo uno de
nuestros objetivos de trabajo, porque todavía tenemos que luchar por la
independencia de Puerto Rico, por la recuperación de la soberanía
argentina de las Malvinas, por la autodeterminación del Sahara
occidental, por la constitución del estado independiente en Palestina,
por mencionar las causas emblemáticas de la lucha descolonización en
nuestra época -hay otras-, también forman parte de nuestras prioridades
de trabajo las luchas por la unidad y por la integración, la lucha
frente a la crisis climática, la lucha contra las agresiones
imperialistas que se multiplican por todo el planeta,
la lucha contra la instalación de bases militares y la escalada de
militarización, de la cual son siempre víctimas nuestros países”.
Hacia la Cumbre de los pueblos en Chile y la Asamblea fundacional del
ALBA
Entre otras iniciativas, en estos momentos la OSPAAAL se encuentra
trabajando en la organización de la Cumbre de los Pueblos, que se
llevará a cabo el 25 y el 27 de enero en Santiago de Chile, en paralelo a
la realización de la Cumbre entre la Confederación de Estados de
América Latina y el Caribe (CELAC) y la Unión Europea (UE).
“Por primera vez América Latina y el Caribe llega a la histórica
cumbre con la Unión Europea con ese salto cualitativo que significa la
CELAC. Se convoca entonces, en forma paralela, a la Cumbre los pueblos.
Se espera que la Cumbre pueda producir un documento de unidad, de
consenso. Se trata de un evento abierto para producir insumos que
tributen a la cumbre UE-CELAC con las posiciones desde los pueblos, que
identifiquen cuáles son nuestras prioridades de lucha hoy, cuál es
nuestra posición frente a la crisis del capitalismo, frente al
continuidad de ese modelo expoliador, saqueador,
extractivista, de las trasnacionales en relación con América Latina y el
Caribe. Que identifiquen qué es para nuestros pueblos prosperidad, cuál
es el paradigma civilizatorio que nos estamos plantando frente a la
crisis generalizada, sistémica y multidimensional del capitalismo. Por
ahí andan los objetivos que nos estamos planteando”, explicó Cervantes,
quien también se refirió a la asamblea fundacional de la Articulación de
Movimientos Sociales hacia el ALBA, que se desarrollará en el mes de
abril en San Pablo, Brasil.
El evento, que se iba a realizar entre el 18 y el 23 de enero, fue
postergado por razones prácticas y razones políticas. Entre ellas, la
situación de salud del Presidente Hugo Chávez, y el consecuente alerta
de los movimientos ante las operaciones de la derecha de Venezuela y
otros países, que intentan desestabilizar la región, en alianza con los
Estados Unidos.
El ALBA de los movimientos sociales, un salto cualitativo
"Este proceso de articulación nace en la expectativa que genera, en
toda la izquierda social más orgánica, comprometida y con antecedentes
de lucha y resistencia en nuestro hemisferio, el llamado que hace el
presidente Chávez en el año 2007, en la Cumbre del ALBA celebrada en
Tintorero, a que los movimientos sociales se organizaran y formaran
parte del proyecto de integración que cristaliza en el ALBA. Esto es
absolutamente inédito, de una originalidad y una valentía política sin
precedentes. Nunca, ningún proceso de integración ha tenido en su seno
una estructura institucional que agrupe a movimientos sociales y
organizaciones populares jugando un rol determinante en los destinos,
objetivos, brújula y orientación de los proyectos mismos de la
integración". Así se está construyendo, para los países cuyos Estados
forman parte del ALBA, un Consejo de Movimientos Sociales, y al mismo
tiempo, un espacio amplio, que abarca a todo el continente: la
Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA, donde también pueden
integrarse aquellas organizaciones populares de países que -a nivel
gubernamental, aunque no de los pueblos- han decidido mantenerse al
margen de la articulación promovida por el presidente Hugo Chávez, entre
otros líderes de la región.
“La Venezuela bolivariana, a la que todos le reconocemos tanta gloria
y tantos méritos en esta ola transformadora continental que estamos
viviendo hoy, que marca un momento político inédito, únicamente
comparable con la etapa de la independencia del colonialismo español, el
segundo gran momento histórico de nuestro continente”, expresó Lourdes.
Esta iniciativa de articulación de movimientos, no exenta de
dificultades y contradicciones, sigue vigente con el objetivo de “dar un
salto: de la dispersión de las luchas reivindicativas de los
movimientos hacia la construcción de una plataforma de construcción
continental de lucha antiimperialista, que toma al ALBA como un
horizonte emancipador”.
“La carta de Belem -aprobada por movimientos sociales de todo el
continente en 2009- es un documento programática que nos une, con gran
legitimidad. Desde esa fecha hasta hoy ha venido creciendo un núcleo
político, que tiene una Secretaría operativa que integran países como
Brasil, Argentina, Cuba, Colombia, Venezuela. Tenemos ya un acumulado de
trabajo en plataformas, articulaciones, espacios, redes,
autoconvocatorias, que alcanzan a 22 países del continente, con un
trabajo fuerte en once de ellos. De manera que este proceso se nutre de
lo mejor del acumulado de nuestras luchas y resistencias anteriores, y
también persigue el fin de la acumulación en sí mismo, porque lo que
vayamos construyendo en estos cinco ejes en los respectivos países:
organicidad, formación política, solidaridad, información
contrahegemónica y alternativa y movilización popular, resultan una
garantía para el futuro de la lucha y el futuro de la
vida de nuestros pueblos en América Latina y el Caribe”.
Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com