(Alba TV).- El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército
del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, acusó a la Federación de
Ganaderos de ese país (Fedegan), de difamar a la guerrilla "para tapar
con un dedo sus propias atrocidades".
En carta publicada por el sitio ANNCOL, el insurgente subrayó que con el
argumento de que las FARC-EP han destruido el campo durante más de
medio siglo, Fedegan rechaza que asuntos como el desarrollo rural y la
tierra sean negociados en los diálogos de paz de esa fuerza insurgente
con el gobierno.
Jiménez respondió así a la negativa de ese gremio de asistir al foro
agrario de desarrollo integral, que sesionó en Bogotá del 17 al 19 de
diciembre, organizado por acuerdo conjunto entre delegados de la
guerrilla y el gabinete de Juan Manuel Santos.
En la misiva, fechada la víspera, el máximo jefe de esa fuerza
rebelde subrayó cómo "no sólo los grandes ganaderos promovieron y
financiaron el paramilitarismo para persistir con su vieja tarea
expropiadora".
También, añadió, lo hicieron grandes compañías agrícolas y mineras en
vergonzoso contubernio con la fuerza pública y buena parte de la clase
política.
Su negativa de asistir al foro, expresó el guerrillero, nada tenía
que ver con que los acusaran allí de paramilitares y asesinos, cuestión
que daban por descontada y que los tenía sin cuidado.
"Se relacionaba más bien con su desacuerdo en celebrar un evento así,
capaz de despertar un sinnúmero de reclamaciones y aspiraciones sobre
el destino del campo, completamente distintas a lo ya definido por el
gobierno".
En opinión de Jiménez, la carta de Fedegan en la que explica su
ausencia, "deja al descubierto que el gremio está pensando seriamente en
reconvertir su actividad tradicional, amenazada por la lógica
neoliberal de los tratados de libre comercio".
Todo esto, añade, a fin de ponerse a tono con las posibilidades de la creciente demanda mundial de alimentos y biocombustibles.
Sus nuevas banderas son la gran agricultura empresarial de
exportación y la ganadería moderna y sostenible, coincidiendo con el
inocuo estribillo oficial de generar de este modo empleo y bienestar
general, enfatizó el guerrillero.
Para ellos el desarrollo rural, agregó, no puede significar reparto
de tierras destinadas a la proliferación de nuevos minifundios. Se trata
de crear condiciones para que los campesinos que tercamente aún
sobreviven, puedan asociarse libremente con la gran empresa y obtener
conexión con los mercados.
Lo que pretenden ahora es confundir las cosas, dijo Jiménez.
El líder de las FARC-EP reiteró que en la mesa de conversaciones con
los delegados del presidente Juan Manuel Santos, -que tiene como sede
permanente a La Habana-, no les interesa negociar nada.
Nunca hemos entendido la paz como el producto de un acuerdo de
intereses entre el Gobierno y los guerrilleros, sino como el resultado
del diálogo abierto con todos los sectores de la realidad nacional,
acotó.
Creemos, al igual que muchísimos colombianos, que la voz de estos
debe ser escuchada y atendida. La democracia y la paz significan eso, un
foro permanente de discusión sobre el destino del país y la sociedad,
concluyó.
El 20 de diciembre último, el mismo día que el diario El tiempo
publicó la carta de Fedegan, desde La Habana la delegación de paz de las
FARC-EP descaracterizó al presidente de ese gremio, José Félix
Lafaurie, por enturbiar el foro agrario.
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