En esta edición, en sintonía con la Campaña de la Fraternidad de 2012, la manifestación popular viene con el tema "La Vida en primer Lugar" y el lema "Queremos un Estado al servicio de la nación, que garantice derechos a toda la población". En los municipios donde se lleva a efecto el grito, este lema se especifica en banderas regionales como la lucha contra el proyecto de Belo Monte, fin del exterminio de la juventud, tierra y la reforma agraria.
El grito de los Excluidos/as siempre se efectúa el 7 de septiembre, la fecha en que se celebra la "independencia" de Brasil. En este día, movimientos, organizaciones sociales, colectivos, iglesias y otras articulaciones s es organizan para realizar manifestaciones pacíficas y mostrar el Día de la Patria, la verdadera realidad brasileña, así como para demandar cambios concretos de en áreas como educación, salud, seguridad y respeto a los derechos humanos y de la naturaleza.
Desde su surgimiento, el Grito viene creciendo y llamando la atención de la población brasileña sobre su propia realidad, ya que desde hace 18 años, trabajadores y trabajadoras insatisfechos con la situación política y social realizan consecutivamente actos de repudio, denuncia y concientización.
Ari José Alberti, de la Secretaría Nacional del Grito, dice que durante estos 18 años el Grito creció, se desarrolló y expandió por casi todo Brasil. Evalúa positivamente el camino desandado y asegura que el movimiento pretende seguir siendo efectivamente un movimiento popular, plural; que genere espacios para que el "grito de los excluidos pueda realmente resonar”.
"El Grito tuvo un comienzo modesto hasta avanzar y lograr llegar a ser más conocido por la población. Hoy, es un evento nacional, descentralizado, que se realiza en casi todo Brasil. Este año solo no habrá acciones en Acre y Tocantins. Gracias al Grito, la Semana de la Patria es vista de una manera diferente. Existe algo distinto de la celebración oficial. Ya no es solo un momento para ver los desfiles. Hay en esta fecha un espacio cuestionador".
La riqueza de esta estrategia de lucha está en la pluralidad de demandas. A pesar de la existencia de un lema y reivindicaciones nacionales, tales como salud, educación, vivienda y fin de la corrupción y del exterminio de la juventud, cada ciudad es libre para comprobar sus principales necesidades e inspirarse en ellas para plantear sus reivindicaciones en las manifestaciones durante el 7 de septiembre.
"En Parelhas, Rio Grande do Norte, hace 12 años, la población optó por hacer un Grito contra el hambre, porque los empleados públicos estaban ‘pasando necesidad’, ya que llevaban nueve meses sin recibir sus salarios. Y así, se consiguieron cambios, presionado desde abajo hacia arriba. En Itabuna (Bahía) El grito este año será contra la violencia, porque la ciudad registró 300 homicidios en 2011", explicó Alberti.
En la región Norte habrá un gran grito contra la construcción de la planta hidroeléctrica de Belo Monte, Río Xingú (Estado de Pará), y en otras ciudades de la región también habrá manifestaciones enfocadas en cuestiones como tierra, la reforma agraria y el fin de la violencia. En algunas ciudades-sedes de la Copa del Mundo las acciones serán contra los desalojos forzados y otros perjuicios provocados a partir de las obras de infraestructura.
Además de la diseminación del grito de la Excluidos/as en todo Brasil, otro hecho que está demostrando la importancia de esta manifestación es la creciente demanda de escuelas y universidades, de noticias y artículos que expliquen lo que se está manifestando.
"Esto para nosotros es muy importante, porque ayuda a los estudiantes a revisar la historia, a pensar diferente", expresa animado el miembro de la Secretaría Nacional de Grito.
Fuente: Natasha Pitts/AlbaTV-NP
