El mundo está convulso, desde hace unos años las mujeres venimos
organizándonos para reclamar nuestro sitio. Desde Argentina, Estados
Unidos, India, pasando por el Estado Español estamos reivindicando
nuestros derechos. Estamos muy cansadas de que no se nos escuche y no se
nos tenga en cuenta, de que abusen de nosotras y la sociedad nos
criminalice, de que seamos asesinadas y la sociedad nos culpabilice, de
que seamos cuestionadas en todo momento por nuestra forma de vestir, por
nuestra apariencia física y no por nuestra valía, de que estemos en el
punto de mira para la trata de mujeres con fines de explotación sexual,
que los trabajos a los que accedemos sean los más precarios, con sueldos
muy por debajo de los hombres y que las pensiones que recibimos no
lleguen para cubrir las necesidades básicas. Por todo esto, estamos tomando las calles y denunciando la discriminación que sufrimos.
A la vez que levantamos nuestra voz y nos organizamos, el patriarcado
responde de manera feroz, ante una mejora para las mujeres y responde
quitándonos lo que nos corresponde por derecho propio.
Pero el patriarcado no es la única amenaza, su alianza con el
capitalismo y el neoliberalismo está causando estragos a la clase
trabajadora. Las condiciones laborales están empeorando, la reforma
laboral firmada por sindicatos y patronales recortan derechos para todos
los asalariados y las asalariadas. Ante esta situación laboral, y como
siempre, las mujeres somos las más perjudicadas; todas estas reformas no
mejoran las condiciones laborales, sino que las empeoran y favorecen
que las diferencias sociales se acentúen. Esta nueva visión implica
apoyar una amplia liberalización de la economía, el libre comercio en
general, grandes reducciones del gasto público y de impuestos, así como
disminución de la intervención del Estado en la sociedad y economía en
favor del sector privado.
La opresión del capitalismo neoliberal aliado con el
patriarcado está privando a las mujeres de derechos supuestamente ya
conquistados, está articulando nuevos espacios de subordinación,
incrementando la explotación y feminizando la pobreza.
Las mujeres pobres en todo el mundo son víctimas de feminicidios por
causas de abortos, la feminización de la pobreza cada vez es mayor y en
muchas ocasiones lleva a las mujeres a situación de prostitución. La
responsabilidad por los cuidados tanto de descendientes como de personas
dependientes recaen sobre las mujeres, que en muchas ocasiones son las
que se responsabilizan de estos cuidados dejando de lado su carrera
profesional o accediendo a peores empleos o reducciones de jornada lo
que las lleva a recibir salarios menores, menores cotizaciones y menores
prestaciones por jubilación.
Como resultado de todo lo citado anteriormente, se está incrementado
la violencia contra las mujeres con el objetivo de que acepten su nuevo
rol en las nuevas sociedades capitalistas y patriarcales. No es gratuito
que la ultraderecha más reaccionaria haya irrumpido en el panorama
político de un importante número de países con propuestas muy
perjudiciales para las mujeres. En Brasil la Ministra de Familia Damares
Alves vuelve a hablar de “azul para los niños, rosa para las niñas” con
las connotaciones sexistas que comporta. Y aquí la ultraderecha quiere
derogar la Ley contra la Violencia de Género y todo lo que conlleva de
ayudas a las víctimas, de programas especializados para atenderlas. En
su intento de desprestigiar esta ley argumentan de manera demagógica que
los hombres también son asesinados por mujeres y no tienen esa
protección…
Desde el Movimiento Feminista debemos articular estrategias en torno
al trabajo y al empleo de carácter tremendamente opresivo para las
mujeres. Pero no debemos olvidar establecer redes de contacto tanto con
todas las mujeres que están en el movimiento feminista, como con
aquellas que, sin estarlo y sin ser conscientes de la opresión que
sufrimos, para concienciarnos de que somos el blanco de las políticas
neoliberales.
Por eso la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical apostamos por un feminismo de clase, transformador y combativo.
“Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución.”
(Rosa Luxemburgo)
Madrid, 8 de marzo de 2018
Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical
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